Coronando la sede central de la Universidad de Sevilla se encuentra una figura alada que suele confundirse con un ángel, a lo que contribuyen unas jarras de azucenas marianistas que la flanquean. No es una criatura angelical sino la representación alegórica de la Fama, cuyo significado se ha ido perdiendo en la era de internet, su sustituto.
Según Federico Revilla (1), Fama es la mensajera de Júpiter. Por ello fué objeto de algunos préstamos iconográficos por parte de Mercurio, a quien tradicionalmente se había asignado esta función.
Según Morales Marin (2), para los romanos representaba la "Voz pública" y fue engendrada por la Tierra. Habita para Virgilio en el centro del mundo y vive en un palacio sonoro, con mil aberturas por las que penetran las voces, rodeándose de la Credulidad, el Error, la Falsa Alegría, el Terror, la Sedición y los Falsos Rumores.
La Fama suele representarse en figura femenina -una doncella- con alas de águila sobre las nubes o en lo alto de los cielos, tocando una trompeta. Frecuentemente ésta es doble, lo cual indica que proclama indiscriminadamente la verdad y la mentira.
Otras veces se encuentra sentada sobre varios escudos: lo cual obedece a un matiz belicista del concepto, entendiendo la Fama como una victoria efectiva, al modo de las victorias cruentas. También en ocasiones porta la palma del triunfo.
Una magnífica representación de la Fama es la mostrada en la ilustración, situada en la parte superior de la portada de la antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, hoy Universidad de Sevilla. Hecha en mármol por Cayetano Da Costa en 1755; las alas son de cobre, en su día sobredoradas. Mirando al sol naciente, proclama el poderío de los Borbones que mandan hacer este monumental edificio, en su época, el mayor de Europa de tipo fabril. Con un sólo clarin, -posiblemente, el de la verdad- y su ropa agitada por los vientos, domina el edificio y el orbe, difundiendo su mensaje.
Coronando la sede central de la Universidad de Sevilla se encuentra una figura alada que suele confundirse con un ángel, a lo que contribuyen unas jarras de azucenas marianistas que la flanquean. No es una criatura angelical sino la representación alegórica de la Fama, cuyo significado se ha ido perdiendo en la era de internet, su sustituto.
Según Federico Revilla (1), Fama es la mensajera de Júpiter. Por ello fué objeto de algunos préstamos iconográficos por parte de Mercurio, a quien tradicionalmente se había asignado esta función.
Según Morales Marin (2), para los romanos representaba la "Voz pública" y fue engendrada por la Tierra. Habita para Virgilio en el centro del mundo y vive en un palacio sonoro, con mil aberturas por las que penetran las voces, rodeándose de la Credulidad, el Error, la Falsa Alegría, el Terror, la Sedición y los Falsos Rumores.
La Fama suele representarse en figura femenina -una doncella- con alas de águila sobre las nubes o en lo alto de los cielos, tocando una trompeta. Frecuentemente ésta es doble, lo cual indica que proclama indiscriminadamente la verdad y la mentira.
Otras veces se encuentra sentada sobre varios escudos: lo cual obedece a un matiz belicista del concepto, entendiendo la Fama como una victoria efectiva, al modo de las victorias cruentas. También en ocasiones porta la palma del triunfo.
Una magnífica representación de la Fama es la mostrada en la ilustración, situada en la parte superior de la portada de la antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, hoy Universidad de Sevilla. Hecha en mármol por Cayetano Da Costa en 1755; las alas son de cobre, en su día sobredoradas. Mirando al sol naciente, proclama el poderío de los Borbones que mandan hacer este monumental edificio, en su época, el mayor de Europa de tipo fabril. Con un sólo clarin, -posiblemente, el de la verdad- y su ropa agitada por los vientos, domina el edificio y el orbe, difundiendo su mensaje.
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